El dolor localizado es una patología que se encuentra en zonas determinadas, que no es debida, a veces, a una enfermedad general, sino que es propia de una región donde el paciente refiere dolor. Este dolor localizado puede no responder a la farmacología debido a que se presente en zonas con poca vascularización y por tanto no llega la circulación y por tanto los principios activos de los medicamentos no llega adecuadamente y por tanto no hay respuesta.
En un primer paso es necesario una exploración exhaustiva, para determinar los puntos gatillos de dolor, para poder puntearlas. Una vez determinada se mira el tipo para determinar el tratamiento más efectivo. El tratamiento es una infiltración de diferentes compuestos en función del tipo de dolor y causas de este.
El numero de sesiones necesarias para eliminar este dolor localizado depende de la patología de cada persona y la región a tratar, pero en términos generales, la media es de 3 sesiones para eliminar el dolor, pero incluso en la primera sesión, en un gran porcentaje de pacientes, alrededor del 80%, el dolor desaparece en gran medida.
