Incontinencia urinaria: cómo combatirla

La incontinencia urinaria femenina, pese a ser un problema muy común, y que está causada por factores tan naturales como los embarazos, la menopausia o incluso la fuerza de la gravedad sobre el suelo pélvico, es todavía un tema tabú en nuestra sociedad.
Por este motivo muchas mujeres desconocen que existen tratamientos para prevenir la incontinencia o para tratarla si ya existen síntomas; el más novedoso es la Silla Emsella. Sigue leyendo si quieres saber cómo la tecnología puede hacer que te olvides de la incontinencia urinaria.

La importancia del suelo pélvico

El suelo pélvico, sobre todo en la mujer, constituye una parte importante del sostén de los órganos pélvicos. La edad, la menopausia, pero sobre todo los embarazos y los partos provocan que la musculatura del suelo pélvico se vaya debilitando, que se vuelva más laxa.

Esto puede provocar problemas como la incontinencia urinaria, sensación de una amplitud vaginal exagerada o descolgamiento (prolapsos) de los órganos pélvicos, que son la vejiga, el útero y el recto.
Todo esto, cuando la musculatura del suelo pélvico se relaja mucho o se distiende, puede prolapsarse o descolgarse. Por eso es fundamental mantener esta musculatura, especialmente en el caso de la mujer, ya que al tener el orificio vaginal que no tiene el hombre, hay una fuga de fuerza.

Por todo esto es fundamental mantener la fortaleza de los músculos, previniendo así los síntomas de la incontinencia urinaria y otros relacionados con el debilitamiento del suelo pélvico.

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Incontinencia urinaria de esfuerzo

Existen varios tipos de incontinencia urinaria:

  1. Incontinencia de esfuerzo
  2. Incontinencia urinaria por urgencia
  3. Incontinencia por rebosamiento
  4. Incontinencia funcional
  5. Incontinencia urinaria mixta

El tipo de incontinencia más común cuando se trata de una debilitación del suelo pélvico es la incontinencia de esfuerzo. En estos casos la pérdida de orina se produce ante un esfuerzo físico, como toser o estornudar o levantar mucho peso, por ejemplo. El perfil de paciente más común son mujeres que han pasado por uno o varios embarazos, pero también en mujeres que hacen ejercicio físico intenso.

Mujeres jóvenes que realizan entrenamiento de alta intensidad como Crossfit o muchos ejercicios abdominales pueden sufrir problemas de incontinencia si no se refuerza la musculatura del suelo pélvico. En estos casos la prevención es especialmente importante.

La silla Emsella

La silla Emsella es un dispositivo de última tecnología para prevenir y combatir la incontinencia urinaria; lo único que requiere por parte de la paciente es permanecer sentada en la silla.

Esta tecnología consiste en la generación de energía electromagnética focalizada, que se centra en una zona, en concreto -el suelo pélvico-, de forma que trabajamos su musculatura de manera más intensiva.
Lo que vamos a conseguir en una sesión con la silla Emsella es que se produzcan miles de contracciones supra máximas, al concentrar esa energía. ¿Qué significa esto? Que son contracciones mucho más potentes que las que conseguiríamos ejercitando el suelo pélvico de manera voluntaria. Nosotros voluntariamente podemos conseguir una determinada fuerza de la contracción muscular si intentamos contraer la musculatura y por un periodo de tiempo muy corto.
Sin embargo, con la silla Emsella conseguimos miles de contracciones supra máximas de la musculatura del suelo pélvico, consiguiendo así un trabajo mucho más efectivo que cuando lo hacemos de una manera voluntaria.

Es importante tener en cuenta que es una tecnología totalmente segura, ya que este campo electromagnético tiene una un alcance máximo de treinta centímetros y por encima de esto no actúa, por lo que no despolariza las células musculares del resto del cuerpo.

En qué casos está indicada

Hay diferentes programas que se utilizan en función de la valoración clínica que hacemos en la primera visita.
Lo primero que tenemos que saber es si se trata de un caso de prevención. Es decir, en mujeres que todavía no tienen incontinencia, pero que sabemos que la pueden acabar teniendo. Los principales supuestos serían:

  1. Las que hacen ejercicio físico intenso, sobre todo ejercicio de carga (pesas). Todas estas mujeres que aumentan mucho la presión abdominal tienen riesgo de acabar teniendo incontinencia de esfuerzo.
  2. Mujeres que han estado embarazadas, especialmente si han parido por vía vaginal. Estas mujeres sí tienen mucho riesgo de tener problemas de incontinencia de esfuerzo a la larga, si no los tienen inmediatamente en el posparto. Para estas pacientes la prevención con la silla es fundamental.
  3. Cualquier mujer que le preocupe o que quiera trabajar la musculatura del suelo de una manera efectiva.

La prevención es siempre la mejor de las opciones, pero también podemos usar la silla Emsella cuando ya hay síntomas, principalmente:

  1. Incontinencia urinaria.
  2. Sensación de laxitud vaginal o demasiada amplitud vaginal (muy común después de los partos).
  3. Cuando existe algún tipo de dolor o disfunción sexual.

Cuántas sesiones son necesarias para ver resultados

Las sesiones con la silla Emsella duran aproximadamente media hora. Se recomienda hacer dos sesiones semanales y un total de ocho sesiones para empezar el tratamiento. Después se pueden realizar algunas sesiones de mantenimiento en función de los síntomas.

Lo esencial para saber el número de sesiones para cada paciente es un diagnóstico completo, realizado por el equipo médico de la Unidad de Ginecología Integrativa. Después de esta visita se diseña un tratamiento totalmente personalizado en función de si hay o no síntomas y de la severidad de estos. También determinaremos si conviene combinar este tratamiento con otras energías como la láser o la radiofrecuencia.

Las sesiones no son dolorosas, la paciente no tiene que hacer nada más que sentarse en la silla y puede reincorporarse inmediatamente a su rutina habitual.

Qué dicen los estudios sobre la silla Emsella y la incontinencia urinaria

Existen muchos estudios publicados. La literatura científica nos dice que en más del 95% de los casos se consigue una mejoría de los síntomas de la incontinencia, así como de la calidad de vida de la paciente al remitir esa incontinencia. Esto aplica especialmente a las mujeres que tienen incontinencia de esfuerzo, pero también mejora parte la incontinencia de urgencia. Mejoran los síntomas, disminuye la necesidad de usar compresas y sobre todo aumenta el bienestar y la autoconfianza de las pacientes.

Hay algunos estudios que también demuestran que hay mejora en la función sexual de las mujeres que utilizan la silla Emsella al trabajar la musculatura del suelo pélvico. Esto se debe, probablemente, a un aumento del flujo sanguíneo de la zona y a que al trabajar la musculatura se notan más las sensaciones en la vagina.

En resumen: reduce la incontinencia urinaria, mejora la función sexual y aumenta la calidad de vida.

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