IPL: ventajas y beneficios de la Luz Intensa Pulsada

IPL luz intensa pulsada

Borrar manchas, eliminar rojeces y mejorar la calidad de la piel estimulando la formación de colágeno. Un trifásico de lujo que ya es posible gracias a un solo tratamiento. La Luz Intensa Pulsada o IPL (del inglés, “Intense Pulsed Light”) elimina las huellas que el paso de los años, el estrés y, sobre todo, el sol dejan en la piel, proporcionando un rejuvenecimiento global y uniforme de rostro, cuello, escote y manos. El IPL ya es una de las técnicas estéticas con más demanda en Europa y en el mundo. 

¿Qué ventajas tiene el IPL?

La luz intensa pulsada emite una banda ancha de luz; a diferencia del láser convencional, que lo hace en una única longitud de onda. Esta característica nos permite tratar varios objetivos a la vez: manchas pigmentadas, lesiones vasculares y mejora global de la calidad de la piel de la zona tratada a través de la estimulación de la formación de colágeno. El IPL hará que el poro dilatado se cierre, ofreciendo una textura de piel mucho más uniforme, fresca y rejuvenecida. Se pueden mejorar las arrugas finas, pero no se van a borrar. El IPL no sustituye un tratamiento específico antiarrugas, aunque se puede combinar perfectamente con otros tratamientos no agresivos como tratamiento arrugas: inyecciones con sustancias que bloquean los músculos o infiltraciones de productos de relleno.

¿En qué zonas puede aplicarse el IPL?

El fotorejuvenecimiento con IPL, trata a la vez toda la superficie de la cara, cuello, manos y escote en lugar de hacer sesiones separadas para cada imperfección de la piel. De esta forma se consigue un resultado más uniforme y un aspecto mucho más fresco. Al margen de los resultados, que son evidentes desde las primeras sesiones, la gran ventaja del IPL es que resulta indoloro y la recuperación es inmediata. Se puede hacer vida normal antes, durante y después del tratamiento. No deja señales, ni hematomas, puede aparecer en algunas ocasiones alguna “costrita” superficial que se puede disimular perfectamente con un maquillaje normal, pudiendo desarrollar una vida completamente normal, ya sea social o laboral.

En qué consiste el tratamiento

El IPL se aplica en consulta y no necesita ningún tipo de anestesia. Cuando el paciente llega se limpia la cara y se aplica un gel conductor en la zona a tratar. Se trata de un gel acuoso frío, similar al que se usa para las ecografías y quizás sea esta sensación de frío lo más molesto de todo el tratamiento. Cuando el IPL dispara el impacto de luz, el paciente nota un pequeño pinchazo perfectamente soportable. No se suele notar molestia al finalizar el tratamiento, como máximo una ligera sensación de calor a los 10 o 15 minutos, que desaparece progresivamente. Se recomienda un gel de aloe vera si el paciente nota sensación de calor y usar protección solar. La exposición solar posterior al tratamiento de IPL no anula sus efectos, pero sí va a favorecer que vuelvan a aparecer manchas o rojeces.

El tratamiento completo suele consistir entre tres y cinco sesiones separadas, como mínimo, en plazos de tres semanas. Las mejoras se perciben de forma progresiva. En primer lugar, desaparecen las manchas y las rojeces y, como consecuencia, la piel recupera un tono mucho más uniforme. A medida que avanza el tratamiento, se va notando una mejoría general en la calidad de la piel, ya que el nuevo colágeno tarda más en sintetizarse de lo que podemos tardar en eliminar las otras lesiones .

Una mejora evidente, indolora y rápida que, además, no conlleva ningún riesgo.

El IPL no daña la piel: no hay publicaciones científicas que puedan relacionar los tratamientos con láser o IPL con la aparición de lesiones malignas en la piel. Otra cosa será el riesgo propio de cada paciente en cuanto a la exposición solar genérica o excesiva. Aunque el tipo de tratamiento permite su aplicación en cualquier época del año, lo más adecuado es que la piel esté lo menos bronceada posible cuando vayamos a realizar una sesión de IPL.

La época ideal, por lo tanto, es entre los meses de octubre a junio, época en la que estamos expuestos a una menor radiación solar. El tipo de piel, los hábitos personales y, ante todo, los cuidados posteriores condicionarán el tiempo durante el cual se van a mantener los resultados. Si bien es cierto que el bronceado que se consigue después del tratamiento es mucho más uniforme, la exposición solar excesiva va a favorecer la reaparición de las huellas que el sol deja en la piel. Gracias al IPL, el marcador de nuestra piel vuelve a estar a cero.

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