La menstruación retrógrada es un fenómeno fisiológico en el que parte del flujo menstrual no se dirige hacia la vagina, como sucede normalmente, sino que retrocede a través de las trompas de Falopio hacia la cavidad del peritoneo.
Este proceso, aunque común, no siempre provoca complicaciones. No todas las mujeres que presentan menstruación retrógrada desarrollan endometriosis, ya que se necesita un contexto biológico específico, que puede incluir predisposición genética, alteraciones hormonales o un sistema inmune menos eficaz.
Cuando el tejido menstrual llega al peritoneo y no es eliminado correctamente por el sistema inmune, puede inflamarse, formar tejido cicatricial y contribuir a la aparición de implantes endometriósicos. Además, factores como inflamación crónica de bajo grado, problemas digestivos o desequilibrios en la microbiota pueden potenciar este riesgo.
¿Qué causa la menstruación retrógrada?
La menstruación retrógrada es un proceso fisiológico que ocurre en muchas mujeres. No se considera una enfermedad ni genera síntomas por sí misma.
Sin embargo, a menudo la combinación de menstruación retrógrada con otros factores, como un exceso de estrógenos, alteraciones en los receptores hormonales o un sistema inmune menos eficiente, puede favorecer el desarrollo de endometriosis.
Endometrosis
La endometriosis es una patología inflamatoria con probable base genética, caracterizada por un estado de inflamación crónica de bajo grado y un exceso de estrógenos.
Esta inflamación “silenciosa” suele estar relacionada con alteraciones a nivel intestinal, aunque también puede afectar a otros sistemas del organismo. Por ello, resulta fundamental realizar un estudio integral de la microbiota —bucal, intestinal, vaginal y endometrial— para comprender mejor el origen y la evolución de la enfermedad y poder abordarla de forma más eficaz.
Otros factores condicionantes para la aparición de menstruación retrógrada podrían ser:
- Alteraciones hormonales
- Predisposición genética
- Inflamación crónica de bajo grado

¿Cuáles son los síntomas?
La menstruación retrógrada per se no produce síntomas. La mayoría de las mujeres presentan menstruación retrógrada en algún ciclo, y solo se puede objetivar mediante pruebas médicas, como:
- Ecografía: permite observar líquido o restos de sangre en el fondo de saco de Douglas.
- Laparoscopia: en algunos casos, se puede visualizar directamente la menstruación retrógrada en la cavidad peritoneal.
La sintomatología que las pacientes pueden experimentar está relacionada con la inflamación o con el desarrollo de endometriosis, no con la menstruación retrógrada en sí.
¿Cómo se diagnostica?
Al ser un fenómeno fisiológico, no se busca activamente diagnosticar la menstruación retrógrada. Los ginecólogos se enfocan en identificar:
- Predisposición genética a endometriosis
- Inflamación crónica
- Alteraciones hormonales
- Disfunción del sistema inmune
En este contexto, la menstruación retrógrada puede convertirse en un factor que favorezca la aparición de endometriosis.
¿Qué tratamientos están relacionados con la menstruación retrógrada?
No existen tratamientos específicos para la menstruación retrógrada, ya que es un proceso fisiológico natural. Bloquear la menstruación retrógrada no previene la endometriosis.
Actualmente, se considera que la menstruación retrógrada es un factor condicionante, pero no el único. Otros factores, como predisposición genética, inflamación o desequilibrio hormonal, juegan un papel clave en la aparición de la enfermedad.