La labioplastia es, probablemente, la cirugía más transformadora en lo que respecta al bienestar íntimo femenino. Más allá de su impacto estético, ofrece una profunda mejora en la calidad de vida de las mujeres que deciden realizarla. El motivo es que los problemas que trata este procedimiento afectan a las mujeres que los padecen a todos los niveles:
- A nivel funcional, pudiendo producir -entre otras cosas- incomodidad en las relaciones sexuales, dolor o molestias a la hora de realizar actividad física.
- A nivel estético, afectando a la seguridad y a la autoestima de la paciente.
Este tratamiento aborda cambios y molestias que pueden afectar a la seguridad, a la comodidad ya a la plenitud en la vida cotidiana y en la intimidad.
Por todo esto, a la hora de planificar la cirugía de labioplastia aplicamos todos los medios y avances tecnológicos a nuestro alcance. En este post hablamos de una tecnología revolucionaria que nos permite alcanzar los mejores resultados en labioplastia: la cámara hiperbárica. Sigue leyendo si quieres saber porqué esta es una combinación ganadora que deberías tener en cuenta si estás considerando realizarte una labioplastia.
¿Por qué la cirugía de la labioplastia y la cámara hiperbárica son grandes aliadas?
Porque se ayudan mutuamente. Cuando realizamos una labioplastia, pese a que lo hacemos con láser de Co2, que corta, coagula y remodela los tejidos, realizamos una incisión; al final no deja de tratarse de una cirugía. Queremos ofrecer a la paciente un postoperatorio lo más breve posible, con el mínimo dolor y las mínimas complicaciones posibles y el mejor resultado estético final. Todo esto se puede optimizar gracias a la cámara hiperbárica.
El efecto de la cámara hiperbárica nos va a dar un aumento de oxígeno en los tejidos y esta oxigenación nos va a ofrecer varios beneficios:
- Una vasoconstricción selectiva que va a reducir el edema
- Va a favorecer la cicatrización, al estimular los fibroblastos que hacen que el tejido tenga más colágeno, y ese colágeno capta agua. De este modo le aportamos turgencia y elasticidad.
- Tiene un efecto antimicrobiano, ya que promueve que lleguen más neutrófilos a la zona, al lecho quirúrgico.
Estos beneficios se van a traducir en una mayor regeneración de los tejidos, una mejor cicatrización, menos dolor y por tanto, un postoperatorio mucho más satisfactorio, con menos riesgo de infección y menos riesgo de sangrado. En definitiva, si a una cirugía le restamos edema e inflamación, la paciente va a disfrutar de una mejor recuperación:
- Tiene menos dolor
- Mejoran los resultados
- Se pueden incorporar a su día a día de una manera más rápida

Preparación de la cirugía con la cámara hiperbárica
Aunque es vital mejorar en todo lo posible el postoperatorio, una cirugía empieza mucho antes del bisturí. La cámara hiperbárica, nos va a aportar unos tejidos mucho más oxigenados y menos inflamados, y cuanto mejor tengamos los tejidos, más desinflamados y en mejores condiciones, mejor va a ser tanto el resultado quirúrgico como el postoperatorio.
¿En qué consiste la cirugía de labioplastia?
Podemos definir la labioplastia como una cirugía en la que valoramos la vulva en su globalidad, para luego mejorar tanto la estética como la funcionalidad, siempre teniendo en cuenta las expectativas y necesidades de la paciente. A la hora de diseñar esta cirugía es muy importante no solo ver los labios menores, que muchas veces están asimétricos o hipertrofiados (con exceso de volumen), sino que tenemos que valorar su conjunto:
- Hay que valorar el capuchón del clítoris -la piel que recubre el clítoris-, porque a veces hay duplicidades, es decir, un exceso de piel. Si esto ocurre y solo corregimos los labios menores, el aspecto de la vulva no va a quedar armónico ni estructural.
- También es fundamental revisar la parte del introito y la parte inferior, lo que llamamos la horquilla vulvar, para que vaya también en línea y en sincronía al resto de la cirugía. Esto es especialmente importante cuando ha habido partos o embarazos, o también por el efecto de la edad. Muchas veces, en lugar de presentar la típica forma de V presenta una forma un poquito más cóncava – en forma de U-. Al hacer este tipo de cirugía podemos remodelarla para que quede no solo funcional, sino también estética.
Postoperatorio de labioplastia
Antes de nada, debemos tener en cuenta que el principal riesgo de esta cirugía es el sangrado. Por eso aplicaremos hielo local durante 48 horas, a la vez que indicamos medicación tópica y oral para ayudar a cicatrizar y disminuir el sangrado. Recomendamos una semana de un reposo relativo y evitar relaciones sexuales, actividad de impacto o baños -está permitido ducharse, pero no sumergirse en agua-.
Además de las sesiones en la cámara hiperbárica, en Clínica Planas podemos complementar estas indicaciones con tratamientos regenerativos, como la terapia neural para resetear el sistema nervioso y el sistema inmune. También se puede aplicar suplementación y sueroterapia para mejorar la calidad de la piel y de los tejidos y mejorar el proceso regenerativo, para tener un postoperatorio óptimo.