Cicatrices: 5 consejos para cuidarlas tras una cirugía

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La gran mayoría de intervenciones quirúrgicas, ya sean por motivos estéticos o de salud, dejan cicatrices. En cirugía plástica se suele emplear la técnica de sutura intradérmica, en la que los puntos no son visibles y se consigue un resultado más estético al no dejar la marca de las puntadas. Aun así, el modo en que cuidemos de esta cicatriz durante el postoperatorio va a ser clave para su aspecto final.

En este episodio de Corpore Sano vamos a dar 5 consejos para cuidar de las cicatrices resultantes de una intervención quirúrgica, que nos van a ayudar a que cicatricen mejor y a que terminen siendo lo menos visibles posible.

  1. El primero es evitar el tabaco desde 1 mes antes y hasta 1 mes después de la intervención. El motivo es que el consumo de tabaco limita la presencia de oxígeno en la sangre lo cual dificulta la cicatrización y la viabilidad de los tejidos.
  2. El segundo, seguir los cuidados esenciales en el primer mes tras la cirugía. Para ello debemos seguir los consejos que nos dará nuestro cirujano según las particularidades de cada caso, pero que suelen ser:
    1. Lavar la cicatriz con agua y un jabón neutro de forma suave
    2. Secar la cicatriz con un secador de pelo con aire frío o una toalla presionando suavemente, sin restregar.
    3. Aplicar antiséptico sobre la cicatriz para evitar una posible infección.
    4. Proteger la cicatriz con gasas para prevenir posibles rozaduras.
  3. El tercero es la fotoprotección una vez la herida ha cicatrizado. Proteger la cicatriz de los rayos UV es fundamental, incluso en los meses de invierno. De otro modo nos arriesgamos a que se produzca una hiperpigmentación de las cicatrices; en otras palabras, van a adquirir un color más oscuro al de la piel que la rodea.
  4. El cuarto es la hidratación. Tanto antes como después de la intervención debemos mantener la piel de la zona bien hidratada para favorecer su elasticidad. Podemos aprovechar la aplicación de productos hidratantes, normalmente aceites hidratantes como el de rosa mosqueta, para masajear la cicatriz, lo cual mejora el drenaje linfático evitando que se inflamen los tejidos. El cirujano será el encargado de mostrar al paciente cómo realizar estos masajes.
  5. Por último, cuando ha cicatrizado del todo la herida, podemos realizar presoterapia con láminas de silicona para conseguir que la cicatriz se vuelva plana y blanca lo antes posibles.

En casos de cicatrices rebeldes, que forman queloides a pesar de todos los cuidados, será tratadas con otro método del que hablaremos la próxima semana.

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