El ácido hialurónico hidrata la piel aportando elasticidad y tono a los tejidos. De esta forma se puede aportar volumen a determinadas zonas rellenando las arrugas.
Así pues, la toxina botulínica se aplica sobre los músculos faciales evitando la formación de arrugas al atenuar la contracción de los músculos, y el ácido hialurónico aporta volumen rellenando las arrugas.