Primer paso: Previamente a la comenzar a tomar el sol, hay que tener la certeza que tenemos una piel saludable. Tenemos que realizar una consulta dermatológica para descartar cualquier tipo de patología de la piel.
Segundo paso: Preparar bien la piel antes de la exposición solar. Renovar las capas de la piel, con una buena limpieza facial, incluso con un peeling facial suave , o realizar un tratamiento de bioestimulación lumínica, que consiste en un tratamiento para tener una respuesta inflamatoria a la exposición solar más suave.
Tercer paso: La alimentación tiene un papel fundamental en la protección sobre la piel a la exposición solar, ciertos alimentos aumentan la melanina y protegen del daño oxidativo.
Cuarto paso: Realizar la exposición solar de forma paulatina, y evitar las franjas solares más peligrosas, donde los rayos son muchos mas fuerte, y también utilizar protección solar adecuada para cada piel, y de forma adecuada.
Quinto paso: Tras acabar la jornada de sol, utilizar lociones aftersun, con efectos regenerados, calmantes, antiinflamatorios y sobretodo hidratantes.
Realizando estos 5 sencillos pasos tendremos unas buenas garantías de tomar el sol sin riesgos y disfrutar de un buen verano.
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